Moshe ben Ja'acob Cordovero (cont.)  
        La Dulce Luz 
            Este tratado 'Or Né'érab que en su traducción, introducción y notas al francés  ya nombrada, efectuada por Schmouel Ouziel, tiene casi doscientas páginas,  posee muchas analogías en su estructura con el Pardés en el sentido de que ambas tienen una semejante organización  dividida en capítulos, temas y subtemas numerados. Por otra parte mucho de lo  que se dice son insistencias en asuntos tratados con anterioridad –aunque  siempre nuevos– y con particular aguijoneo sobre las cualidades que necesita el  aprendiz para acercarse a los estudios cabalísticos cuyas dos grandes premisas  podrán ser la humildad en el sentido de sentirse una y otra vez nada, lo que  equivale a la soledad, y el respeto reverencial hacia lo sagrado, presente en  todas las cosas lo cual habla perfectamente de la grandeza de YHVH, bendito  sea, que es en definitiva el estudio a que se dedica la Cábala por medio de los  distintos planos cosmogónicos, también presentes en el alma humana, y las  formas de enseñarlos a otros, desde luego dentro de la religión judía. 
           
          Sin embargo este texto208 está cuajado de referencias cosmogónicas de las cuales hemos elegido unas pocas  para ilustrar este trabajo. Solo destacaremos algunos fragmentos de la sexta  parte, capítulos 1, 2 y 3, para ir completando nuestra visión del Arbol de la  Vida y totalizando la imagen de las sefirot y sus relaciones entre sí: 
        
          I- IV. Debe saber que 'Eyn-Sof no es Keter como  muchos creen, sino que 'Eyn-Sof es la  causa de Keter, y Keter el efecto del 'Eyn-Sof que es el principio de los principios. Debe saber también  que 'Eyn-Sof es la causa principal de  todas las existentes, y que no hay ninguna superior a ella, su primer efecto es Keter y es a partir de Keter que prosigue el encadenamiento de  los demás efectos. No recusamos por ello el hecho de que Keter forme parte de las diez sefirot,  como muchos han creído: forma parte de ellas pero solamente desde el punto de  vista de los emanados mismos; sin embargo, según la modalidad del conjunto de  la emanación a partir de las diez [sefirot], Keter no aparece entre los emanados a  causa de su grandeza, y estos últimos, en lugar de estar incluidos en él, son  entonces incluidos en Da'at. 
             
            II- IX. La razón de ello es que los seres  superiores dependen de los inferiores y los inferiores de los superiores, es  por eso que el poder de lo inferior se encuentra en lo superior, y el de lo  superior en lo inferior. 
            Por el contrario en lo que concierne a 'Eyn-Sof, todos dependen de él y él de  ningún modo tiene necesidad de ellos. 
             
            II- XII. [El principiante] ha de saber también  que las sefirot tienen la capacidad  de realizar acciones contradictorias, a veces con Din y a veces con Rahamim;  pero están siempre de acuerdo entre sí sobre sus acciones, ya que ninguna de  ellas puede actuar sin la ayuda de las demás; lográndose el acuerdo de todas  gracias a Malkhut. Para dar una  primera explicación al respecto [diremos que] ello proviene de que cada una de  ellas contiene a las otras diez. En verdad, pueden revelarse bajo una forma que  las incluye a todas y que puede ser… 
           
        Y pasando al tema de la perenne necesidad  de conjugar opuestos: 
        
          II- XVII. Por el contrario <la unión  consiste> en una efusión que proviene de la unión de lo masculino y lo  femenino, es decir que se sitúa en Hokhmah y Binah que son el Padre y la Madre  superiores, o bien en Tiferet y Malkhut que son el Padre y la Madre  inferiores, y este es el misterio de la unión que es a imagen de la unión de lo  masculino y lo femenino, cosa que el pensamiento humano es incapaz de concebir. 
            Este es por otra parte un asunto muy  importante, ya que es con esta [unión] que se logra la expansión maravillosa de  los seres y las almas. Esta unión según [la modalidad de] lo que de ella nos  llega puede a veces interrumpirse incluso cuando se encuentra al nivel de las  tres primeras [sefirot], y es a  nosotros a quienes corresponde completarla y unificar [las sefirot] como se debe a fin de que continúe [difundiéndose]. 
             
            III- XXII. Con respecto a la unión antes  mencionada, quien desee profundizar debe saber que ella no existe más que entre Hokhmah y Binah, que son denominadas hombre y mujer, padre y madre; y del  mismo modo que no hay unión y acoplamiento corporal entre lo masculino y lo  femenino sino con la ayuda de un intermediario, a saber la alianza de la carne,  igualmente, en lo alto, esas dos middot no se unen más que gracias al misterio del antiguo Da'at que desempeña el papel de intermediario entre el padre y la  madre; en cuanto a su esencia, ella se encuentra en un "sendero que no  conoce el ave de rapiña". 
             
            III- XXIII. [Se vuelve a hallar] esta unión  entre Tiferet y Malkhut, que son lo masculino y lo femenino, el marido y su novia,  el padre y la madre inferiores, hijo e hija de los superiores, el rey y la  reina, el rey y su mujer, el Santo bendito sea y su Presencia (Shekhinah), el rey en su palacio, no siendo  todos [estos términos] sino parábolas para explicar este tema. 
            Empero, las almas de los justos en el mundo  inferior deben provocar su despertar a fin de acoplarse. 
           
        La Palmera de Débora 
            La  Palmera de Débora es un breve texto muy  estudiado, traducido y comentado dada su gran importancia y la síntesis que  implica, así como por su enorme poder sugerente, evocativo y poético que lo ha  llevado a ser tal vez el texto cabalístico más editado a lo largo del tiempo. 
             
            En la traducción y notas de La Palmera de Débora al castellano209,  Núria García i Amat afirma en su introducción: 
        
          En La  Palmera de Débora, el opúsculo que aquí presentamos, Cordovero mostrará y  describirá minuciosamente el paralelismo e interacción existentes entre el  mundo superior y el mundo inferior. El estudio de las Escrituras dará razón de  un orden primordial, perdido a causa del pecado y desobediencia del pueblo de  Israel, al que se debe converger de nuevo en aras de un regreso a una edad  dorada. En este sentido, conviene señalar que Cordovero hace un uso indirecto  de una de las principales fórmulas bíblicas, la de la imagen y la semejanza,  que supone una unión indefectible entre ambos mundos. Por otra parte indicar  que este regreso a una edad dorada es en efecto un retorno, y en ningún caso la  pretensión de alcanzar una situación inexistente en el pasado. La edad de oro,  cuyo modelo por excelencia es el mundo paradisíaco, es un retorno salvífico, de  restauración (tiqún) con unas claras reminiscencias médicas. 
         
        También hay que advertir al lector sobre  las distintas significaciones que toman los términos según los momentos  históricos, tal el término sabiduría entendida actualmente por erudición o por  facilidad para los idiomas, y el de la inteligencia como algo cuantitativo y  por lo tanto susceptible de ser medido por determinados tests. 
           
          Citaremos aquí de la obra Meditación y Cábala210 lo siguiente como un ejemplo en un acápite al que llama  vocabulario211: 
        
          La palabra Hitboded deriva de la raíz Badad, que  significa "estar recluido". Literalmente, entonces, Hitbodedut significa autoaislamiento y,  en algunos casos, no se refiere más que a una reclusión y aislamiento físico.  Sin embargo, en muchos otros lugares, el término se usa para denotar un estado  de conciencia que implica el aislamiento del yo, es decir, el aislamiento de la  más básica esencia individual. 
             
            Así, en un contexto cabalístico, la palabra Hitbodedut significa mucho más que un  mero aislamiento físico. Se refiere a un estado de aislamiento interno en el  que el individuo recluye mentalmente su esencia de sus pensamientos. Rabbí  Chaim Vital (1543-1620), uno de los más grandes cabalistas, habla a menudo de  tal reclusión mental, diciendo que "uno debe recluirse a sí mismo (hitboded) en sus pensamientos hasta el  máximo grado". Al hacerlo, uno separa el alma del cuerpo hasta el punto de  no sentir ninguna relación con el serfísico.  El alma resulta así aislada y, como Rabbí Chaim Vital concluye, "cuanto  más se separa uno de lo físico, mayor será su iluminación". 
             
            El estado de reclusión mental es muy importante  para la experiencia profética. La descripción más clara de este estado ha sido  presentada por Rabbí Leví ben Gershon (1288-1344), un importante filósofo judío  conocido generalmente como Gersónides, o simplemente por el acróstico "el  Ralbag". Este escribe que la consecución de la revelación profética  "requiere el aislamiento (hitbodedut)  de la conciencia de la imaginación, o de ambas cosas del resto de las  facultades mentales perceptivas". 
         
        Siguiendo nuestro discurso, y por las  mismas razones que nombramos anteriormente en el caso de La Dulce Luz, hemos seleccionado estas citas de los capítulos II al  IV. 
           
          Del capítulo II llamado las Cualidades de Kether queremos señalar una de  entrada que sintetiza el discurso de Cordovero: 
        
          Por ello todo hombre debe considerarse a sí  mismo como nada y entender que su anterior no-existencia es mejor que su propia  existencia. 
         
        Del capítulo III. Cualidades de Hokhmah 
        
          Por ello se libró del juicio, porque se  depositó en él la luz de la Sabiduría y los sufrimientos le fueron mostrados. 
             
            Por eso no debe ser despreciada ninguna cosa  creada, pues todas ellas fueron creadas en Sabiduría. No debe ser arrancada  ninguna cosa que crezca a menos que sea necesario, ni se debe dar muerte a  ningún ser viviente a menos que sea necesario. Y aún en caso de necesidad se  debe escoger para ellos una muerte digna, valiéndose de un cuchillo que haya  sido cuidadosamente examinado; debe mostrarse piedad hacia todas las cosas y no  herirlas, pues todas ellas dependen de la Sabiduría, a menos que se trate de  hacerlas ascender a un grado más elevado, de vegetal a animal, y de animal a  humano; en este caso está permitido desarraigar la planta y matar a la bestia,  a fin de extraer lo meritorio de lo demérito. 
             
            Debes saber que la sabiduría tiene dos caras. La  cara superior está vuelta hacia la Corona, aunque no la mira fijamente, sino  que muestra su faz inclinada recibiendo el influjo de la Corona por arriba. El  segundo rostro, más bajo, dirige su rostro hacia abajo para controlar a las  sefirot, que reciben la emanación de Su Sabiduría. Por esta razón debe el  hombre mostrar dos rostros: uno, en la soledad con su Creador, a fin de  aumentar la sabiduría que el Santo, bendito sea, ha vertido en él. Este flujo  de Sabiduría se vierte en cada sefirah según su justa medida, por lo que,  necesariamente, la sabiduría es vertida sobre cada hombre según las dimensiones  de su entendimiento, procurando no verter más sabiduría de la que el  entendimiento del receptor es capaz de recibir a fin de evitar todo daño, pues  la sefirah más elevada no añade nada a la cantidad determinada por los límites  del destinatario. 
           
        Del capítulo V. Cualidades de Hesed 
        
          Cuando decimos: "Y trae frente a nosotros  la justicia como una luz, ¡oh Dios Santo!", queremos decir que esa  Belleza, que es igual a la Justicia, debe emerger hacia la luz, que está en el  lado Derecho, y entonces será santo y estará alejada de los Poderes. 
             
            Todos los actos de pacificación del mundo  inferior son semejantes a los actos de benevolencia de los mundos superiores. 
           
        Del capítulo VI. Cualidades de Gueburah 
        
          Por el contrario, el hombre debe reconducir  suavemente la mala inclinación de su esposa para dirigirla hacia los poderes de  la dulzura, abasteciéndola, por ejemplo, con ropa y con una vivienda. Y debe  decir: "Al proveerla de ropas, adorno a la Shekinah", pues la  Shekinah es ornada con la Inteligencia, que es el Poder en el que se incluyen  todos los Poderes endulzados por los diversos grados de la misericordia. Por  ello todas las necesidades de la casa se cubren por medio de los Tiqunim de la  Shekinah, de modo que la Shekinah es endulzada mediante la mala inclinación,  que fue creada por voluntad del Creador sin otro propósito que éste.  
         
        Del capítulo VII. Cualidades de Tiferet 
        
          ¿Cómo debe ser adiestrado un hombre para adquirir  el atributo de la Belleza? Sin duda la cualidad de la Belleza se halla en el  estudio de la Torah. Sin embargo, el hombre debe procurar no abandonarse al  orgullo a causa de las palabras de la Torah, pues ello causaría un gran mal. En  la medida que incrementa su orgullo, el atributo de la Belleza, que es la  Torah, se eleva y se aleja en lo alto, Dios no lo permita. Pero aquél que se  humilla bajo las palabras de la Torah hace descender a la Belleza para que  vierta su influencia sobre lo que está debajo de ella. 
         
        Y este otro del capítulo VIII. Cualidades  de Netzah, Hod y Yesod 
        
          Por otra parte, todo aquél que estudie la  Torah debe estar dispuesto a aprender de todos los hombres, como está escrito:  "Aprendí de todo aquél que me enseñó". La Torah no puede ser convenientemente  estudiada a partir de un solo maestro. En consecuencia, todo discípulo debe  alcanzar el mérito suficiente para llegar a ser un carro para la Paciencia y la  Majestad, pues con ello su enseñanza es del Señor, y aquél que enseña la Torah  alcanza el grado de Belleza. 
            Así, cuando se sienta para estudiar, consigue  que la Belleza fluya sobre la Paciencia y la Majestad, y entonces se encuentra  realmente en el grado que le corresponde. 
         
        De las Cualidades de Malkhuth, capítulo IX 
        
          Según esto, el hombre se encuentra entre dos  hembras, la hembra física de abajo, que recibe de él comida, vestiduras y los  derechos conyugales, y la Shekinah superior, a la que bendice al darle lo que  le corresponde a la mujer de su pacto. Según esto, la Belleza se sitúa entre  las dos hembras: la Madre Altísima, que vierte fuera de ella todo lo que se  requiere, y la Madre inferior, que recibe de aquélla el alimento, las  vestiduras y los derechos conyugales, que son, como es sabido, la clemencia, la  justicia y la piedad, por lo que la Shekinah sólo se unirá al hombre siguiendo  el modelo de la Suprema Realidad. El hombre sólo puede separarse de su esposa  por tres razones: en primer lugar, cuando ella se encuentra en sus periodos de  separación, en segundo lugar durante los días de la semana mientras estudia la  Torah y, en tercer lugar, cuando se ausenta de su hogar y se preserva del  pecado. 
             
            Durante estos periodos de separación, la  Shekinah se une a él, se circunscribe a él y no se aleja de él, a fin de que no  quede desamparado ni separado, y para que se mantenga siempre como corresponde  al hombre perfecto, macho y hembra, por lo que, una vez que la Shekinah se le  ha unido, y mientras dure el tiempo de separación, el hombre debe procurar que  no se aleje de él. Debe mostrarse industrioso y útil, recitar la oración del  viajero y ayunar para la Torah, pues en virtud de ello la Shekinah, que guarda  sus caminos, intercederá en todo momento por él, siempre y cuando procure no  pecar y estudiar la Torah. Del mismo modo, cuando su esposa se encuentra en los  periodos de separación, la Shekinah estará con él si cumple con propiedad las  leyes de la separación. 
         
        Con respecto a la escuela de Safed, cuyo  centro fue Moisés Cordovero, Charles Mopsik212 nos da una síntesis clara, incluyendo a Isaac Luria, tal vez el epílogo de esta  escuela, y el que más influencia ha tenido en la Cábala que ha llegado intacta  hasta nuestros días gracias a conceptos como la Tsim-Tsum y la ruptura de los vasos que trataremos más adelante. Y  debemos reconocer que junto a Abraham Abulafia y su herencia respecto a la Tseruf (Gematría, Notarikón y Temurah)  son dos grandes pilares –y por cierto el Sefer  Yetsirah, El Bahir,y El  Zohar– donde se apoya la sabiduría de Israel y la Cábala  Cristiana-Hermética, en sus posteriores desarrollos. Sintetiza Mopsik: 
        
          Rabí Moisés Cordovero tuvo numerosos  discípulos de los cuales varios escribieron. La abundante producción de su  común maestro les ahorró la tarea de poner por escrito sus enseñanzas, cosa que  nunca deja de suscitar interminables disputas en cuanto a la reivindicación de  la herencia espiritual. Cada uno tuvo la oportunidad de poder expresarse  individualmente, algunos la aprovecharon. En primer lugar Eliahu Da Vidas,  autor del Reshit Hokhmá (el comienzo  de la Sabiduría), publicado en Venecia en 1578, luego en 1593, en Cracovia en  esa misma fecha y aún en Berlín en 1703, finalmente en numerosas ocasiones que  sería inútil precisar. Su deuda con Moisés Cordovero es muy a menudo  perceptible, y él la subraya. Esta obra constituye en realidad una gran  antología de la ética judía escrita bajo el impulso de la cábala y dentro de su  espíritu. Quiere "mostrar la vía que debe seguir quien quiere penetrar la  sabiduría interior" (Intro. in fine).  Rabí Hayim Vital, uno de nuestros contados testigos de los hechos de esa época  en Safed, nos dice que Elías Da Vidas y Moisés Cordovero, por el origen de sus  almas, no conforman sino un único hombre entre ambos: "Provienen de la  raíz de Shemaya y Abtalyon [la primera de las 'parejas' fundadoras de la tradición  rabínica, hacia el final de la Antigüedad], el Remaq tenía un espíritu nacido  de Shemaya, y el Ra [Rabí Elías] un alma (nefesh)  procedente de Abtalyon, por eso se amaban213." 
               
              A continuación hay que nombrar a Rabí Abraham  ben Mardoqueo Galante, autor de un comentario sobre el Zohar, llamado Yareah Yaqar (la luna preciosa) porque  el de su maestro se titulaba Or Yaqar (la luz preciosa), y él era a su respecto como la luna ante el sol214. 
               
              Rabí Samuel Gallico, compilador de un resumen  de la suma de su maestro, titulado Asis  Rimonim, anotado por R. Mordekhai ben Judá Dato, otro discípulo de  Cordovero. Este resumen fue publicado por primera vez en Venecia en 1601. Se  cita igualmente a algunos discípulos que dejaron huellas escritas, como R.  Abraham Mimún, y R. Moisés Romi. 
         
        Y afirma posteriormente: 
        
          La serie de sus discípulos no estaría completa  si se omitiera a Rabí Menahem Azarías de Fano, el gran talmudista y cabalista  de mayor renombre de Italia que, sin haber conocido nunca personalmente a R.  Moisés Cordovero, mantenía con él vínculos epistolares. Fue él quien propagó  sus ideas mediante cursos públicos que daba ante apasionados auditorios a  partir del Pardés Rimonim, del que  Cordovero le había hecho llegar una copia por intermedio de uno de sus  discípulos. Fue el artífice de la rápida fama de aquél de quien se decía alumno  y de la edición corregida del Pardés. 
             
            Algunos meses antes de la muerte de R. Moisés  Cordovero, que sobrevino el 27 de Tamuz de 5330 (1570) según el testimonio de  su propio hijo215, llegó a Safed, procedente de Egipto, Rabí Isaac Luria Asquenazí  (1534-1572) quien, en el espacio de dos años, debía renovar con su enseñanza  hasta los principios del pensamiento cabalístico. Sólo tuvo tiempo para algunas  conversaciones con R. Moisés, diálogos cuya existencia no podemos más que  postular, a falta de pruebas. Lo que no le impidió declararse también su  discípulo en tres ocasiones en sus escritos, con esta fórmula: "Nuestro  maestro y nuestro guía, que el Clemente le guarde y le bendiga." 
         
        Debe destacarse especialmente, como lo suelen hacer  los estudiosos, el ambiente de la ciudad de Safed donde se escribieron estos  textos extraordinarios, muestra evidente no solo de la reverberación de la  Cábala Zohárica, sino también de la religión judía, su piedad y misticismo y la  legislación de ese pueblo. Este segmento fundamental en esta tradición se  produjo en poco tiempo, en gran parte gracias a la Cábala, y Cordovero denostó  en varias de sus obras a ese impío rabinato oficial exclusivamente apegado a la  literalidad y al cumplimiento de la ley, sólo por la ley misma.
        
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