PRESENCIA VIVA DE LA CABALA
FEDERICO GONZALEZ - MIREIA VALLS
Jóvenes judías de Aragón bailando, c. 1350-60
Jóvenes judías de Aragón bailando, c. 1350-60 Sarajevo, Museo Nacional, Haggadá, folio 28
CAPITULO IV
LA CABALA DE CASTILLA (4)

El Zohar (cont.)
L
o que son de breves el Libro de la Formación y el Libro de la Claridad y los escuetos tratados de Provenza-Gerona es de voluminoso el Zohar que en la traducción y edición francesa reciente de Charles Mopsik publicada por Verdier, excede las mil quinientas páginas.143 Nosotros trabajamos con ella en este estudio y como coadyuvante la versión castellana de León Dujovne,144 que vino a llenar un vacío ya que en esta lengua no había sido publicado; en realidad hay pocas versiones de este libro en cualquier idioma y todas ellas se han destacado y alcanzado la celebridad en los países en donde se produjo este hecho.

El Zohar culmina el proceso de gestación iniciado por el Sefer Yetsirah, el Bahir y las diversas influencias que lo incubaron como las Cábalas de Provenza y de Gerona a las que nos hemos referido, y que desembocaron en Castilla en la figura del copista Moisés de León y su entorno. Este sabio, muy probablemente en estrecha colaboración con un pequeño grupo de adeptos que por la unanimidad en el pensamiento no pueden distinguirse como individualidades en el texto, realizó una enorme labor de síntesis doctrinal, que –procedente de diversas fuentes tradicionales– integró en un discurso de formato judío, pero con claras reminiscencias neoplatónicas y neopitagóricas, herméticas, gnósticas e incluso cristianas. Al respecto, veamos lo investigado por Mopsik que incluyó en el prólogo del tomo III del Zohar editado por Verdier:

El Zohar ha introducido ciertamente una ruptura temporal en la cronología de la evolución del pensamiento y de la práctica judías, al punto que es posible hablar de una época pre-zohárica y de una época post-zohárica. En tanto que fenómeno religioso, ha cristalizado toda una tradición escrita y oral para la que se ha convertido en libro de referencia principal si no es que en libro canónico. De todas maneras, él es primero el producto de una microsociedad compuesta de algunos rabís castellanos, más bien marginados, que se dio por misión hacia el fin del s. XIII regenerar el judaísmo, encontrar sus fuentes fecundas de revelaciones proféticas, a partir de sus tradiciones esotéricas descuidadas o aún rechazadas por las autoridades rabínicas dominantes, renovando la exégesis del midrash y dando a este género literario, sobrepasado por el peruch o exégesis literal, un nuevo soplo. Todas las energías, todas las fuerzas intelectuales que podían contribuir eficazmente a este proyecto audaz fueron movilizadas.

Y en otro momento explica:

La situación de este libro, que es un verdadero corpus literario, constriñe al que se libra a su estudio a abrir un campo de búsqueda vasta y diversificada. Nos ha sido entonces necesario abrevar en la inmensa literatura de la que el autor del Zohar se ha nutrido y que al haberla integrado de manera tan coherente en su sistema de pensamiento es a menudo difícilmente identificable. Si las citas directas, salvo las menciones de los versículos bíblicos comentados, son muy raras, las páginas de este libro están cargadas de una impresionante memoria que ha registrado prácticamente todo aquello de importancia que se ha escrito o traducido en hebreo o en arameo en el medio judío antes del fin del siglo XIII, y que no ha descuidado absorber ciertas fuentes exteriores árabes o latinas.

Además, el escritor contemporáneo, haciendo gala de una gran apertura de miras que rompe moldes rígidos y odios religiosos, afirma:

Los cabalistas, y en particular el autor del Zohar, han encontrado en la literatura mística antigua que llegó a sus manos, los elementos, aun incluso los fundamentos, que les han servido de escalón y les han dado el impulso decisivo. En ciertos de sus escritos, han podido percibir como un eco extraño de las doctrinas cristianas a las cuales estaban confrontados. Una obra en particular ha jugado un papel esencial: el Alfabeto de Rabí Akiba. En este texto cuyo origen exacto y la fecha de aparición son aún inciertos, al lado de largos pasajes tomados de la literatura de los Palacios, pueden ser descubiertos fuertes indicios de ideas típicamente cristianas, más precisamente judeo-cristianas.

La mayor parte del pensamiento cabalístico, al igual que el sistema sefirótico, tal cual hoy ha llegado hasta nosotros, están ya cuajados en el Libro del Esplendor. Según Scholem cuestiones tan complejas y fundamentales como la teosofía del En Soph, nombre convencional para tratar de describir algo indescriptible, no estaban aún dilucidadas en la Cábala hasta la aparición de este libro del cual, el ya citado León Dujovne,145 su traductor al castellano, afirma en la introducción que hace a su edición:

La doctrina de la emanación en sus cuatro etapas del desarrollo del mundo y la doctrina de las Séfirot están, las dos, corporizadas en el Zohar, donde son vastamente ampliadas. En relación a las Séfirot, la base del Ser es designada con las palabras Ein Sof (sin fin), o, simplemente, como Ein (nada), el oscuro fondo indiferenciado para una existencia ya diferenciada, pero todavía inmaterial… Ocasionalmente el Ein-Sof se fusiona con Kether, que entonces domina a las otras Séfirot.

Y se manifiesta:

La doctrina de las Séfirot (Emanaciones) se pone en relación con la vida y la conducta real a través de sus combinaciones con un principio que se formula así: Lo que hay arriba también hay abajo y lo que está abajo está también arriba. Esto implica que el mundo inferior refleja como en un espejo al mundo superior y que hay un contacto directo entre ellos, una relación de acción recíproca. La idea se vuelve parte integrante de la religión judía en la creencia de que el hombre abajo puede influir en las esferas más elevadas y que la corriente de bendición de arriba debe primero ser puesta en movimiento desde abajo o, como lo dice el Zohar, es el símbolo de la unión de los sexos. Este símbolo se basa en expresiones del Cantar de los Cantares. La separación del "Rey", es decir, Tifereth, de la Reina, o sea de la Schejiná, trae sufrimiento y discordia. Su unión trae armonía a todos los mundos. (ibid.)146

Efectivamente, el Zohar ha comentado el rito genésico de la unión de diversos modos, pues éste es nada menos que la comprensión del meollo creacional, ya que se trata del Amor de Dios por sus creaturas y la necesidad que tiene de la reciprocidad de este Amor para Ser. De ello trata la relación de Kether con su Shejiná, Malkhuth, por la intermediación de Metatrón, Tifereth, o sea del Rey con su esposa, o novia, –a veces su hija–, basada fundamentalmente como se ha hecho notar en el Cantar de los Cantares del que el Zohar incluye un comentario que hace muchas referencias al cuerpo humano como miniatura del cosmos. He aquí un texto de la traducción de Dujovne (Zohar, Exodo, sección Mishpatim) que expresa con gran belleza esa unión, en este caso la del Principio o Espíritu universal y el alma:

¿Cuál es el significado de las palabras "conforme a lo usual con las hijas"? Es este un secreto confiado solamente a la guarda de los sabios, y he aquí su sustancia. En el medio de una peña potente, un firmamento muy recóndito, está colocado un Palacio que se llama el Palacio del Amor. Es ésta la región en la cual están acumulados los tesoros del Rey y todos Sus besos de amor están allí. Todas las almas queridas por el Santo entran en ese Palacio. Y cuando el Rey aparece, "Jacob besa a Raquel", esto es, el Señor descubre cada alma santa, y toma a cada una por turno hacia Sí, mimándola y acariciándola, actuando "hacia ella conforme a lo usual con las hijas", como un padre trata a su hija querida, mimándola y acariciándola y dándole obsequios. "Porque nunca jamás oyeron ni con los oídos percibieron, ni ojo de nadie ha visto un Dios fuera de ti, que haga así por aquel que espera en El"; como esa "hija", el alma, ha hecho su obra en este mundo, así el Santo "hará" Su obra con ella en el mundo por venir. (Tomo III)

El Zohar fue escrito en hebreo y arameo y su nombre deriva de Daniel XII, 2:

Los sabios brillarán con el esplendor (fulgor) del firmamento y los que enseñaron a la multitud la justicia, como las estrellas por toda la eternidad.

Desde luego estamos muy lejos de poder efectuar cualquier análisis pormenorizado del Zohar, y aún menos en este contexto, pues una obra del tipo y su tamaño exigiría varios tomos y no se podrá, en este caso, sino tratar ciertos puntos esenciales que son precisamente los que deseamos expresar aquí. En este libro de libros se re-escriben de muchas maneras posibles las verdades eternas, siempre asombrosas e impactantes, las cuales van encaminadas a rescatar al ser humano del error y la ignorancia y a introducirlo en el esplendor de la conciencia del Santo, bendita sea, que como ya hemos ido intuyendo tiene muchas estancias y recámaras. Apunta Mopsik en la introducción antes citada:

La invención literaria y la creatividad religiosa son los aspectos más característicos de la obra, que la distinguen con suficiente nitidez, de la mayoría de las producciones medievales judías en campos comparables. Este dinamismo creador se expresa tanto en los talentos de mitógrafo y dramaturgo de su autor, como en su extrema libertad de interpretación. Pero él emplea igualmente todos los recursos literarios a su disposición.147

En una atmósfera fuera de la linealidad temporal y en un espacio distinto del signado por los puntos cardinales se congrega un pequeño círculo de adeptos alrededor de rabbí Simeón bar Yochai, apodado "la Lámpara Santa" –sabio mítico del siglo II que vivió en Palestina y del que se dice es el padre legendario del Zohar. Por su intermediación, esos rabís reciben la revelación de altas enseñanzas esotéricas y se reconocen íntimamente vinculados a la Toráh, a cuya intelección se abocarán día y noche, deviniendo, según palabras del propio Zohar, sus amantes y transmisores:

La Torah puede compararse con una bellísima y majestuosa doncella que está recluida en una cámara aislada de palacio, y tiene un amante cuya existencia sólo ella conoce. Por amor a ella, él pasa por su reja incesantemente y voltea los ojos en todas direcciones para descubrirla. Ella sabe muy bien que él está por siempre rondando el palacio y, ¿qué hace al respecto? Abre de par en par una pequeña puerta en su recámara secreta, por un instante revela su rostro al amante y luego rápidamente se retira. Sólo él, nadie más, se da cuenta; pero él sabe que es por amor a él que ella se le ha revelado por un instante, y el corazón, el alma y todo en el interior de él se dirigen hacia ella. (citado por Scholem. Zohar. El Libro del Esplendor)

Este clima evocador, cargado con grandes dosis de poesía y envuelto por el misterio de la Verdad intangible, se irá perfilando y matizando en cada una de las páginas de este voluminoso corpus, e irá invitando al lector de todo tiempo a adentrarse en un mundo interno e íntimo, a-histórico, siempre presentido y en todo caso permanentemente actual:

Rabbí Hiya oyó de repente una voz que clamaba: "Haced un lugar, haced un lugar ya que el Rey Mesías llega a la Escuela de rabbí Simeón". Todos los justos que la integraban fueron los jefes de la Escuela, escuelas célebres allí. Y los compañeros de estudio de todas las Escuelas se elevaron desde la Escuela de aquí hasta la Escuela del espacio. El Mesías va a todas las escuelas y fija su sello sobre la enseñanza procedente de la boca de los rabbís. (Verdier, tomo I)

En esta Escuela del espacio148 tienen cabida los verdaderamente interesados en penetrar las enseñanzas cosmogónicas y metafísicas, que se les irán revelando gradualmente, por la gracia celeste derramada en su corazón y a través del mantenimiento de esforzadas labores de concentración y meditación:

En el principio, cuando apenas se le revela a un hombre, le da una señal. (…) Cuando por fin él está en términos cercanos con ella, le descubre su rostro y sostiene una conversación con él acerca de todos sus misterios secretos y todos los caminos secretos que han estado ocultos en su corazón desde tiempo inmemorial. Así un hombre se hace un verdadero adepto a la Torah, un "señor de la casa", pues a él, ella le ha descubierto todos sus misterios sin guardar ni esconder uno solo. Ella le dice: ¿Ves la señal, la pista, que te di en un principio? ¿Ves cuántos misterios encierra? El entonces cae en la cuenta de que no se puede añadir una sola cosa a las palabras de la Torah, ni se le puede quitar tampoco ningún símbolo, ni una letra. Así deberían seguir los hombres a la Torah, con todas sus fuerzas, y convertirse en sus amantes, como hemos visto. (Scholem. Zohar…)

Y es a algunos de esos misterios a los que ahora querríamos referirnos, extrayendo varios fragmentos inspirados de los diversos libros del Zohar, sobre todo los que insinúan la realidad de lo Innombrable y el despliegue de sus posibilidades de manifestación.

Lo que es denominado la Causa que está más allá de todas las Causas no conoce término que le sea superior, y nada de lo inferior le es parecido, lo cual está señalado por las palabras: "A quién me compararíais y a quién me igualaríais, dice el Santo" (…) Rabbí Simeón replica: ¡Que vuestros oídos entiendan lo que vuestras bocas digan! ¿No os acabo de explicar hace un instante que lo que es denominado "la Causa de las Causas" no es lo mismo que lo designado como "la Causa más allá de todas las Causas"? En cuanto a esto último, no existe segundo al que pudiera referirse, es único, anterior a todo, sin asociado. (Verdier, tomo I)

Y en la sección Bérechit del Génesis se empieza narrando:

De entrada, la resolución del Rey dejó el trazo de su retrato en la transparencia suprema. Una llama oscura brotó del estremecimiento del Infinito, en el encierro de su encierro, como una forma en lo informe, inscrita sobre el sello. Ni blanca, ni negra, ni roja, ni verde, ni de ningún color. Cuando seguidamente reguló lo conmensurable, hizo surgir los colores que iluminaron el encierro. Y de la llama brotó una fuente, río abajo de la cual aparecieron las tinturas de esos colores. Encierro dentro del Encierro, estremecimiento del Infinito, la fuente traspasa y no traspasa el aire que la envuelve y permanece incognoscible. Hasta que, por la insistencia de la perforación, ilumina un punto tenue, encierro supremo. Por lo demás, este punto –lo desconocido–, también es denominado: "Principio", declaración de lo primero de todo. "Los doctos brillarán como el fulgor del firmamento, y los que enseñaron a la multitud la justicia, como estrellas, por toda la eternidad" (Dan. 12, 3). Esplendor, encierro de los encierros, choca el aire que lo envuelve y alcanza ese punto sin alcanzarlo. Entonces, este principio se despliega y se construye un palacio, para su gloria y alabanza. Y este palacio se siembra con la semilla de santidad, fecunda para el mundo, lo que se explica en "la semilla de santidad será preservada" (Is. 6, 13). Esplendor, que ha sembrado para su gloria como una bella semilla de seda púrpura, que permanece escondida en su interior, donde se construye un palacio, para su alabanza y el mejor ser de todo. Es dentro del "principio" que él ha creado este encierro desconocido, para el palacio. Y este palacio es denominado Elohim, lo que explica: "En el principio creó a Elohim" (Gen. 1, 1). Esplendor: a partir de él todas las palabras han sido creadas en secreto por el despliegue del punto de este esplendor encerrado. (Verdier, tomo I)

NOTAS
143 Le Zohar, Verdier, ediciones de 1981, 1984, y dos volúmenes de 1991. Se trata de cuatro tomos que ofrecen la traducción de todas las secciones que comentan el primer libro del Pentateuco, esto es, el del Génesis. Entre los cuatro volúmenes contienen: Prólogo, Bérèchit, Noah, Lech Lecha, Vayera, Hayé Sarah, Toldot, Vayetsé, Vayichlah, Vayécheu, Miqets, Vayigach y Vayehi, así como la incorporación de algunos de esos otros textos apócrifos recién mencionados, tal el caso del Tiquné ha-Zohar y el del Tratado de los Palacios. Además, Verdier también ha publicado en volúmenes aparte algunos de los otros libros bíblicos agregados al corpus del Pentateuco, como son: Le Zohar: Livre de Ruth; Le Zohar: Cantique des Cantiques y Le Zohar: Lamentations.
144 El Zohar, Editorial Sigal, Buenos Aires, 1976. Esta esmerada versión castellana del Zohar contiene en cinco volúmenes todas las secciones de los cinco libros del Pentateuco, pero no incorpora ni los otros libros bíblicos mencionados en la nota anterior, ni los textos adjuntos del Tiquné y del Tratado de los Palacios. Además, según los investigadores contemporáneos, hay que tener en cuenta que también forman parte del conjunto de textos agregados al cuerpo del Zohar el Idra Rabba y el Idra Zutta así como el destacado escrito titulado Sifra di Tzeniuta (con versión al francés de P. Vulliaud e inglesa de MacGregor Mathers). Igualmente cabe incluir en el Corpus Zohárico el Parashat Pinjas, cuya referencia en la versión castellana de Manuel Núñez Nava es: Sefer ha-Zohar, Parashat Pinjas, tomo I, II, III. Centro de investigación de la Cábala. Jerusalén-New York, 1986.
145 Escritor argentino, literato y divulgador de la cultura hebrea.
146 Un breve fragmento extraído del Zohar, libro del Génesis, sección Noah, de la traducción de Verdier refleja así lo expresado por Dujovne: "Todo lo que es efectivo abajo, despierta el amor arriba. Sean dos llamas: cuando la luz de lo que está en lo alto se apaga, el humo que se eleva de la llama que está abajo la reaviva. Rabbi Ezequías dice: Es bien cierto, el mundo de arriba depende del de abajo, y el mundo de abajo del de arriba". (Tomo I).
147 Dice un pasaje del Zohar: "Desdichados los pecadores que miran a la Torah como simples cuentos acerca de las cosas del mundo, y sólo ven así las vestiduras externas. Pero los justos, cuya mirada penetra hasta la Torah misma, dichosos sean. Y tal como el vino debe conservarse en un odre, así la Torah debe estar contenida en una vestidura exterior. La vestidura está hecha de los cuentos e historias; pero nosotros, debemos penetrar más allá". (Scholem. Zohar. El Libro del Esplendor…)
148 Dicha Utopía o esfera invisible pero real, símbolo de la conciencia del Ser universal, se ha conocido por doquier con diversos nombres, ya sea el de Colegio invisible, Iglesia Secreta, Olimpo invisible, o nunca mejor dicho, la República de las Letras, etc. y el "habitar" en ella ha sido el anhelo de toda alma arrebatada por la llamada del Origen.