PRESENCIA VIVA DE LA CÁBALA II
LA CÁBALA CRISTIANA

FEDERICO GONZALEZ - MIREIA VALLS
 

CAPITULO IV
LA CABALA EN ITALIA (4)

 

Pelagius, Giovanni Mercurio da Correggio y Ludovico Lazzarelli
Otro personaje fuera de lo común es Giovanni Mercurio (c.1451-?), casi un mito, del que hasta hace poco se dudaba de su existencia que en su juventud estudia artes liberales y se lanza a recorrer Europa, las islas mediterráneas y el norte de Africa buscando la magia natural. Decepcionado, llega a Mallorca donde conoce a Pelagius, un misterioso sabio oriundo de Gènes. Este, de joven, estudió astronomía y magia, viajando a París y por todo el norte de Africa, operando a su paso toda suerte de prodigios y milagros. Finalmente recala en la isla de Mallorca donde adopta una vida eremítica durante cincuenta años, lo cual no deja de recordarnos al ya estudiado Ramón Llull. Sólo al final de su existencia aceptó al joven Giovanni Mercurio como discípulo, al que legó su biblioteca y dedicó varias de sus obras, de las que Secret191 apunta:

Compone 20 libros sobre todas las especies de magia, natural, divina, angélica, de ilusionismo, supersticiosa y diabólica. Después 7 libros sobre la naturaleza, los lugares, las diferencias, los oficios, los grados, las operaciones, las propiedades, los nombres y los caracteres de todos los démones.

En su principal tratado, Peri Anacriseon ó Anacrise, que consta de tres partes, expone la doctrina pitagórica conjugada con el cristianismo; en la primera sección habla de las calificaciones y pruebas que deben pasar los iniciados; en la segunda, del poder de la oración y de la correspondencia entre la pitagórica y la cristiana, otorgando gran importancia a la ley del silencio siguiendo los lineamientos de la cofradía del sabio de Samos; en la tercera parte se refiere a ritos y prácticas de alta teúrgia. Este libro tuvo una gran repercusión en estos ámbitos renacentistas que estamos evocando, y a él se refieren tanto Trithemio como Agrippa y otros magos del momento. Entre sus obras también destaca la que dedicó a su único discípulo, una Tabla de la verdad gracias a la cual uno puede llegar a la verdad más cierta en todas las cuestiones dudosas.

Pero volvamos a Giovanni da Correggio que más adelante, realiza una extraña entrada en Roma. En efecto se sabe de una aparición espectacular el domingo de Ramos en 1485, porque el episodio ha sido descrito en detalle en la anónima Epístola Enoch (1484-1485), atribuida a Lazzarelli.192 Wouter J. Hanegraaf193 nos dice:

Correggio, montado en un caballo negro, cabalgó hasta el Vaticano, para luego abandonar la ciudad y volver montando un burro y vestido con una túnica de lino manchada de sangre, y llevando una corona de espinas en su cabeza. Correggio se presentaba ante la gente como el sirviente e hijo escogido por Jesús de Nazareth, y se refería a sí mismo como Pimander. Esto, así como su nombre agregado, Mercurio, demuestran su identificación con el Cristo hermético. Lazzarelli parece haber visto en Giovanni da Correggio su maestro espiritual, quien había efectuado su "regeneración espiritual". Es en este contexto que debe ser entendido el Crater Hermetis.

En 1501, entra en la ciudad de Lyon con toda su familia y séquito, encadenado y con una corona de espinas asegurando que era poseedor de toda la ciencia de los antiguos griegos, hebreos y latinos, lo que fue probado por algunos doctores nombrados por el rey Luis XIII, que no salían de su asombro al escuchar los conocimientos del sabio, según refiere el abate Trithemius.194 Finalmente Gallus,195 desencantado del mundo, acaba vendiendo todas sus pertenencias y desaparece tras un halo de misterio. Se dice que se retiró a Mallorca, la isla de su maestro…

Queremos dar ahora un testimonio sobre la existencia real de Giovanni Mercurio da Correggio. Su autor es David B. Ruderman que publicó un artículo sobre el tema llamado La aparición de Juan Giovanni Mercurio da Correggio vista a través de los ojos de un judío italiano,196 que desde su título tiene un enorme interés y un importante aparato crítico (que por razones de espacio tenemos que obviar) y del que reproduciremos varios fragmentos curiosos acerca de este misterioso personaje del que dice:

La evidencia literaria que describe la revelación del extraño profeta cristiano Giovanni Mercurio da Correggio en las comunidades de Italia y Francia al final del siglo XV y principios del XVI ha sido tratada con considerable interés por un número de eruditos. W. B. McDaniel fue el primero en publicar la evidencia existente sobre esta inusual figura, junto con el texto de un opúsculo atribuido a él con una traducción inglesa. Estas fuentes retratan a un poeta divinamente inspirado, junto con su esposa, cinco hijos y sus discípulos, haciendo su camino como peregrino a través de Italia y Francia. Mercurio ve como su misión la reprobación de todos los pecados de la Iglesia Católica y los cristianos. El está facultado con el don mágico del Ser Superior para preparar un antídoto contra la horrenda plaga.

Y más adelante:

El no sólo se gana la lealtad de las masas sin educación que se maravillan con sus magníficas habilidades sino que se rodea de un selecto séquito de eruditos notables que están igualmente impresionados con sus talentos e incuestionablemente convencidos de la autenticidad de su profecía. Entre éstos se incluye a Carlo Sosenna, un catedrático de la Universidad de Ferrara y autor de un comentario escolástico a uno de los sonetos de Mercurio; Ludovico Lazzarelli, un ávido hermetista que describe la aparición de Mercurio en 1484 en Roma; y Trithemius, otro hermetista y místico que relata la aparición de Mercurio en Lyon al final del siglo XV.

Luego refiriéndose a algunos de los estudiosos más importantes del Renacimiento italiano:

Paul Oskar Kristeller subsecuentemente publicó un estudio sobre Lazzarelli así como nuevas evidencias con respecto a Mercurio, específicamente un soneto escrito por el profeta con el comentario de Sosenna. Como un apéndice a su segundo artículo, publicó fuentes adicionales acerca de la existencia real de Mercurio. Las referencias incluían evidencias del hecho de que Mercurio visitó Florencia, Cesena y Lucca igual que Roma. Sobre la base de estas nuevas fuentes, Kristeller argumenta que no había ninguna duda acerca de la realidad histórica de Mercurio da Correggio. En un artículo posterior, provee más referencias de Mercurio, incluyendo obras adicionales por el mismo profeta.

Esta fuente se encuentra en una polémica en contra de la Cristiandad, titulada Magen Avraham, escrita por Abraham Farissol (1452-1528?), escriba, cantor, educador y autor judío italiano. Farissol viajó ampliamente por Italia durante la segunda mitad del siglo XV y principios del XVI, estableciendo su residencia permanente en la ciudad de Ferrara. Escribió su obra polémica en hebreo, que es aparentemente el resultado de un debate, o serie de debates, en la corte ducal de Ferrara entre Farissol y dos sabios teólogos cristianos entre 1487 y 1490. A la conclusión de estos debates, Farissol probablemente revisó y agregó nuevo material a su manuscrito original, tardíamente, hasta la segunda década del siglo XVI.

En el pasaje de Farissol, en parte, se lee: "Yo mismo vi, en mi tiempo y en mi propia ciudad, a un hombre que era en esa época una gran celebridad, que iba, exhortaba y predicaba en muchas de las regiones de gente sencilla, y se exaltaba a sí mismo… por su sabiduría… hasta que casi imaginaba que sus declaraciones estaban inspiradas por el Espíritu Santo, profetizando e interpretando la Torah. Se llamaba a sí mismo Hijo de Dios, Mercurius Trismegistus, Enoch y Methuselah… Los eruditos sin embargo, le contestaron rigurosamente, como por ejemplo en Roma, donde fue puesto en prisión en mi presencia, como también en Bologna. Pero por el poder de su retórica, pues era verdaderamente elocuente, escapó y huyó con sus amigos, devotos de su filosofía y doctrina. Y así salió de prisión, él, y su comitiva con él, viajando y exhortando en varias tierras, vestido en harapos y atado con lazos, hasta el día de hoy, durante mi propia vida…"

Y volviendo a la crítica contemporánea:

El profesor Kristeller (en "Ludovico Lazzarelli e Giovanni da Correggio…") ya ha sugerido la vinculación de Mercurio con la misma familia feudal del norte de Italia da Correggio que produjo a Niccolo da Correggio (1450-1508), poeta, dramaturgo y diplomático que estuvo en contacto cercano con la corte ducal de Ferrara. Pompeo Litta, en su árbol genealógico de la familia Correggio (Famiglie Celebri Italiane, II [Milán, 1825]), menciona a dos miembros menos conocidos de la familia con el nombre de Giovanni, los dos viviendo al final del siglo XV. Además de Niccolo, algunos otros miembros de esta distinguida familia estaban también en contacto cercano con la corte Este incluyendo a Manfredo y Antonio da Correggio.

"Conjuntamente con otros intelectuales como Lazzarelli, Trithemius y Sosenna ya mencionados, Garin dice que antes del encarcelamiento de Mercurio por el inquisidor de Florencia, también fue invitado a juntarse con Pico della Mirandola y Flavius Mithridates, el maestro de Pico, en la primavera de 1486".

Y a modo de conclusión:

"Lo que es más asombroso de la descripción de Farissol sobre Mercurio y sus enseñanzas es que él, como judío, estuviera bastante familiarizado con un ambiente intelectual y espiritual tan ajeno a su propia tradición religiosa. Mas no sólo observó a Mercurio en varias ocasiones, sino que él abiertamente admitió estar familiarizado con sus escritos. Lo que probablemente quería decir es que estaba al corriente de los escritos de los seguidores de Mercurio, especialmente Lazzarelli. El hecho de que al menos estaba familiarizado con la Epístola Enoch está sugerido por su confusión asumiendo que Enoch y Mercurio eran la misma persona en vez de identificar correctamente a Enoch (Lazzarelli) como el discípulo de su maestro espiritual, Mercurio".

Pues aquí tenemos ya con nosotros a Ludovico Lazzarelli (1450-1500), discípulo de Giovanni Mercurio, del que refiere esa extraña entrada en Roma anunciando el fin del mundo en su libro Epístola de Enoch. Su otra obra principal es La copa de Hermes (Crater Hermetis), dedicada a Fernando I, rey de Nápoles, texto hermético-alquímico y con reminiscencias de la Cábala donde habla también del hombre nuevo, regenerado por las letras y las palabras.

El contenido de Crater Hermetis no difiere gran cosa, aparentemente, de otros escritos esotéricos de la época y que hemos ya destacado, salvo en su nombre, directamente emparentado con lo griego-egipcio, o sea pagano, y con la actividad alquímica donde el Athanor es el recipiente donde se cuecen y subliman las materias, como en el alma las distintas pasiones, de lo denso a lo sutil. Pero el hecho de que los comentaristas lo hayan vinculado siempre con la magia no se debe a lo que tiene de común con otros textos de la época (neoplatónicos-neopitagóricos-gnósticos-cristianos, alquímicos y filosóficos), lo nombren o no a Hermes, sino a la insistencia particular sobre un punto del Asclepius, que ya tocara San Agustín, atenente a las "estatuas vivas". Este asunto que desde siempre había llamado la atención en los escritos herméticos, también atrae a Lazzarelli que ve en esas "estatuas vivas" a los discípulos de un nuevo orden basado en la sabiduría y la equidad. Ya que lo que podría ser un proceso de iniciación individual, donde el hombre volviera a la vida mediante una desolidificación de su forma y lograra así, por medio de la magia que se impone y asimismo le es enseñada para ello, conseguir ser un apóstol de la auténtica sabiduría en un mundo regenerado, a saber, la teúrgia verdadera que procura el Conocimiento, pero proyectada aquí de modo social, hacia el medio.

D. P. Walker lo compara con Ficino:197

Entre Lodovico Lazarelli y Ficino el único vínculo seguro está constituido por los Hermetica. Lazarelli, en la dedicatoria de un manuscrito que contiene la traducción del Poimandrés por Ficino, el Asclepio y su propia traducción de las Definitiones Asclepii, menciona y aprueba con fuerza el laudatorio prólogo de Ficino al Poimandrés. El diálogo de Lazarelli, el Crater Hermetis, culmina en un misterio, revelado en un himno, el cual se basa en los dioses fabricados por el hombre en el Asclepio, esto es, sobre el diálogo que era una de las principales fuentes de la magia en el De Vita coelitus comparanda. Es pues cierto que Lazarelli conocía y aprobaba el Poimandrés de Ficino, y por lo menos probable que conocía el contenido del De Triplici Vita. Aun si esta última afirmación fuera errónea, y aun si el Crater Hermetis de Lazarelli no debiera nada al De Vita coelitus comparanda, esto proporciona sin embargo un interesante material comparativo; ya que tenemos aquí dos obras casi contemporáneas de las que ambas predican prácticas mágicas y teúrgicas ampliamente basadas en la misma fuente hermética.

Pero hay más, en el mismo estudio de Walker se afirma algo que justifica la inclusión de Lazzarelli en este libro sobre la Cábala del Renacimiento:

De la Cábala, Lazarelli cita una alegoría que dice se encuentra en el Sefer Yetzirah; esta, una vez interpretada, afirma que un nuevo hombre puede ser vivificado "por la mística disposición de letras a través de sus miembros; ya que la generación divina se realiza por la emisión mística de palabras cuyos elementos están hechos de letras". Esto sigue siendo la analogía con la creación divina a través del Verbo, pero en la versión cabalística según la cual Dios creó el universo a través de las veintidós letras del alfabeto hebreo. Confirma lo que ya era aparente en el preámbulo al himno, a saber que Lazarelli se apoya en ella para una teoría mágica del lenguaje, que él cree que las palabras tienen un vínculo real, no convencional con las cosas y pueden ejercer un poder sobre ellas.

Y no es sólo ello ya que el texto está mechado de referencias a Moisés, al Antiguo Testamento (y al Nuevo), concretamente al Arbol de la Vida y al Arbol de la Ciencia del Bien y el Mal.

He aquí la ficha del Crater Hermetis (extracto de la Biblioteca de J. R. Ritman de Amsterdam)198 en el mismo sentido:

Crater Hermetis. La obra que hizo a Lazzarelli un famoso hermetista. El texto se dirige a Ferrante, Rey de Nápoles y Pontano, el principal erudito humanista en Nápoles.

Hermes Trismegistus. Pimander. Asclepius
Ludovico Lazzarelli. Crater Hermetis.
París, Henri I Estienne, 1505.

Primera edición de la traducción de Ficino del Corpus Hermeticum en donde el Asclepius es presentado como un complemento. Los comentarios de Lefèvre d'Etaples han sido agregados a los discursos en esta edición. El Asclepius está dividido en quince acápites, igualmente provistos de notas explicativas.

Lefèvre rechaza categóricamente el famoso pasaje mágico del Asclepius; es un 'error'. En el margen del Capítulo XIII él escribe en letras mayúsculas: 'lapsus Hermetis'. En la explicación se refiere a la De civitate Dei VIIIde Agustín.

Agregado a esta edición está un himno de Ludovico Lazzarelli (1450-1500), el traductor de las Definitiones Asclepii (Cap. XVI-XVIII), que lleva el nombre de Crater Hermetis, un texto modelado según el Cap. IV, en donde el pasaje mágico del Asclepius es interpretado en sentido cristiano. Lazzarelli explica la animación de estatuas como un acto de la creación a través de la Palabra –con referencia a la Cábala– y compara la animación de estatuas por daimones con la inspiración de Cristo en los discípulos: un renacer que el maestro causa en el adepto, quien como resultado deviene al conocimiento de sí y al conocimiento de Dios.

En efecto, Walker en su texto que estamos comentando, añade que:

No estoy seguro de que, tal como lo sugerí, la magia de Lazarelli haya surgido, hasta cierto punto, de la teoría música-espíritu de Ficino, y de la magia del De Vita coelitus comparanda; parece probable, pero no existe ninguna prueba definitiva. En cualquier caso, ambas magias presentan puntos comunes y diferencias interesantes. Las dos son interpretaciones de un mismo texto hermético acerca de la inserción de démones en los ídolos, interpretaciones que, piensan sus autores, estarían de acuerdo con sus creencias cristianas; ambos hacen un uso extensivo de los "efectos" de la música, de himnos no litúrgicos. Y la magia de Lazarelli, como la de Ficino, está, pienso, vinculada a un nivel profundo con la misa –el ejemplo evidente es el de la "fabricación de la naturaleza divina" por el hombre. Las diferencias esenciales entre ellas son: en primer lugar, que la magia de Lazarelli no es astrológica; pero no lo juraría, ya que, cuando la creación de Dios se emplea como analogía con el misterio, es la creación de los cuerpos celestes y de sus almas lo que se menciona. En segundo lugar, que la magia de Ficino no implica las esperanzas escatológicas de conversión universal y milenaristas como en Lazarelli. En tercer lugar finalmente, la magia de Lazarelli es mucho más peligrosa. Se declara abiertamente como de una gran importancia religiosa y claramente en competencia con las prácticas teúrgicas ortodoxas; mientras que la magia de Ficino podía al menos ser presentada y defendida como una especie de psicoterapia astrológica.199

Estos últimos términos no son felices ya que rebajan el nivel de la teúrgia de Ficino que pretende, nada menos, la Unión con los antepasados míticos, la vuelta a los Orígenes, que siempre han estado vivos en todo sentido ya que conforman este encuadre del Eterno Presente se que escapa constantemente, así como el espacio del discurso dual, que intenta describirlo en su limitación. Encarnar el Verbo, la forma en que se genera y actúa, no es lo mismo que clasificar etimológicamente o históricamente tal manifestación de lo sagrado confundiéndolo con sombras religiosas y morales propias del miedo de perder lo que se ha robado de otros autores, mientras se pretende pertenecer al campo oficial de la filosofía y la lingüística y considerarse casi "científico". Este es el perfil del universitario actual, un asalariado, un hortera capaz por su actitud de sofocar cualquier vocación por el Conocimiento.


NOTAS
191 F. Secret, Hermétisme et Kabbale. Ed. Bibliopolis. Nápoles, 1992, pág. 94.
192 Al respecto ver también: Mirella Brini "Ludovico Lazarelli" en Testi Umanistici su l'Ermetismo. Fratelli Bocca, Roma, 1955, pág. 21-75, así como Eugenio Garin, Hermétisme et Renaissance. Éditions Allia, París, 2001, pág. 62-73.
193 W. J. Hanegraaf, Sympathy or the Devil: Renaissance Magic and the Ambivalence of Idols, fuente de internet sobre Lazzarelli: http://www.esoteric.msu.edu/VolumeII/Sympdevil.html
194 Estas entradas triunfales a las ciudades eran frecuentes en el Renacimiento y se efectuaban con todo boato. Así las descritas en Hypnerotomachia Poliphili, o las célebres preparadas por Leonardo en Milán. Ver aquí la narrada por Blaise de Vigenère en Mantua, en el capítulo de "Cábala y Alquimia".
195 Un pseudónimo que utiliza Giovanni Mercurio es el de Libanius Gallus.
196 Ver David B. Ruderman, La aparición de Juan Giovanni Mercurio da Correggio visto a través de los ojos de un judío italiano, en Renaissance Quarterly V. 28, 1975.
197 La Magie Spirituelle et Angélique, de Ficin à Campanella, op. cit., pág. 60 y 62.
198 Ver en la página de internet (el nº 24): http://www.ritmanlibrary.nl/c/p/pub/on_pub/pat/pat_pri_B1.html
199 La Magie Spirituelle et Angélique, op. cit., pág. 65.